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Para ilustrar la teoría de Keynes sobre las recesiones, Paul Krugman recurre a un ejemplo excelente basado en un caso real
que ocurrió accidentalmente; lo describe como “una especie de macroeconomía experimental”.
“La historia comienza cuando un grupo de parejas con hijos se pusieron de acuerdo para formar una cooperativa para atender a sus hijos cuando sus padres salieran. Decidieron repartir unos cupones, que valían por una hora de cuidar niños. Así, si una pareja decidía salir X horas, tendría que transferir X cupones a otra pareja que cuidara sus hijos. Estos vales funcionarían como moneda de cambio, puesto que son reutilizables; es decir, una vez recibidos podrían utilizarse otra vez para que cuidaran a tus hijos. Así se garantizaba que el sistema fuera justo y nadie cuidara más tiempo del que saliera.
La cooperativa tuvo problemas después de un tiempo. Por una serie de motivos, el número de cupones en circulación empezó a ser demasiado bajo. En promedio, los miembros de la cooperativa se encontraron con menos cupones de los que querían tener en reserva, y, buscando acumular más, trataban cuidar más niños y salir menos. Puesto que la decisión de salir de una pareja es la oportunidad de otra de cuidar niños, comenzó a resultar cada vez más difícil conseguir cupones, lo cual provocó que la gente saliera aún menos, al querer más cupones. El resultado fue una brusca disminución de las posibilidades de cuidar niños: las parejas se quedaban tristemente en casa, sin querer salir por la noche hasta no haber acumulado más vales, incapaces de acumular más porque tampoco quería salir ninguna otra.
En otras palabras, la cooperativa para cuidar niños había conseguido entrar en una recesión.
Dado que estaba formada principalmente por abogados, era difícil convencer a sus miembros de que el problema era esencialmente monetario. Al principio ensayaron soluciones normativas, como exigir que cada pareja saliera como mínimo dos veces al mes. La cooperativa sólo aumentó los vales tras un considerable período de tiempo. Cuando lo consiguió, los resultados fueron milagrosos (para los abogados): las parejas comenzaron a salir más, aumentando las oportunidades de cuidar niños, lo cual las llevó a mostrarse aún más dispuestas a salir, etc.”
A mí la historia me parece brillante; no sólo por lo bien que ilustra la recesión, sino porque en sí misma es muy divertida. Y fue esta historia la que me inspiró para hacer un simulador que, basado en el comportamiento individual de cada pareja, fuera capaz de reproducir una recesión a nivel global.
Continuación: El Programa.